Cuando uno piensa en renovar la cocina, el mesón es una de las primeras cosas que se deben considerar. Personalmente, siempre he sentido que el cuarzo blanco es una opción atractiva. No es solo cuestión de estética, aunque ese brillo claro y pulcro que ofrece es innegable. He leído que el cuarzo, a diferencia del granito, no es poroso, lo que significa que no se mancha con facilidad. En mi experiencia, eso puede ser un salvavidas si eres como yo y tiendes a derramar café en un lunes por la mañana. La resistencia del cuarzo también es notable. Algunos fabricantes aseguran que la vida útil de un mesón de cuarzo supera los 20 años, eso me da muchísima tranquilidad.
Además, comparado con otros materiales, el mesón de cuarzo blanco resulta bastante competitivo en costo. En promedio, los precios oscilan entre 60 y 100 euros por metro cuadrado. Claro, puede parecer algo costoso al principio, pero pensando a largo plazo, la relación entre costo y durabilidad realmente compensa. La instalación de estos mesones también es bastante rápida, una cuestión de días si tienes contratistas experimentados.
La gente a menudo pregunta si el cuarzo es resistente al calor. Y aunque es una duda válida, hay que tener en cuenta que la mayoría de las superficies para cocinas no son del todo inmunes al calor extremo. Sin embargo, el cuarzo definitivamente soporta mejor esa taza de té caliente que podrías dejar accidentalmente sobre él. En un artículo de un conocido blog de renovación del hogar, decían que es preferible siempre usar un portavasos, porque el cuarzo puede comenzar a dañarse con temperaturas superiores a los 150 grados centígrados.
Desde una perspectiva de diseño, el cuarzo blanco es increíblemente versátil. He visto cocinas modernas con mesones de este material que se ven sofisticadas, pero también encajan perfectamente en cocinas más tradicionales. Puede que tenga que ver con esa calidad que tiene de reflejar la luz, haciendo que los espacios pequeños parezcan más amplios. Mi tía, la semana pasada, decidió cambiar su viejo mesón de madera por uno de cuarzo blanco basándose en una recomendación que leímos juntas en una revista de diseño. ¡La diferencia fue asombrosa! La cocina parecía prácticamente nueva.